lunes, 30 de marzo de 2009

A la espera - Monsalves

A menos de una semana para que se abran las puertas. Unas puertas, símbolo del cambio, de dar el paso, de atravesar muros infranqueables. Las mismas puertas que cada Domingo de Ramos se nos muestran para ver la humanidad y humildad de un Dios que sale de Jerusalén en borriquilla por una rampa para entrar en nuestros sentir cristiano.

En estos días, en que estamos a la espera de un nuevo comienzo, nos “echamos” a la calle recorriendo multitud de capillas y templos, en busca de los secretos que guarda esta Semana Mayor. Son, en mi opinión, estos momentos los de mayor intimidad en estos meses de cuaresma, donde mantenemos un diálogo intimo con Dios y su Santa Madre, donde mostramos nuestras reflexiones más intimas, donde las oraciones se convierte en conversaciones vivas, donde nos gustaría dar un fuerte abrazo a Dios, pidiéndole ayuda, en vez de los diferentes besamanos (sin menospreciarlo) que nos muestran nuestras queridísimas Hermandades. Antes de recibir a Cristo debemos reflexionar y orar sin quedarnos dormidos en Getsemaní.

A la espera, como antes he dicho, de que se abran las puertas, deseosos de que el tiempo corra, pero a la vez porque se detenga. Nos gustaría convertirnos por unos instantes, en aquel dios paganos que detuvo a Cronos, para poder admirar y disfrutar de los instantes tan maravillosos que nos ofrece la vida.

Una semana que ya se nos va de las manos. A pesar de que nos devore el tiempo, como dijo aquel pregonero, “el Gran Poder siempre se queda”.


4 comentarios:

Moravia dijo...

Por motivos diversos, tanto laborales como personales. Mi cuaresma este año ha sido atípica. No la he vivido tan intensamente como otros años, y es que nos hacemos mayores. La Semana Santa tampoco pinta bien, pero lo poco que pueda lo intentaré vivir intensamente. Mañana llegamos al día más bonito del año: el Viernes de dolores, el de la eterna espera llena de Esperanza. El día en el que quieres que el tiempo se detenga y el tiempo sigue corriendo, imparable... Pocos momentos en esta cuaresma de reflexión cofrade he podido tener, pero sí de reflexión cristiana. Y hoy uno que valía para ambos. Saliendo temprano de trabajar (hoy me tocaba cerca del centro), el mono me podía y me adentré en busca de una dosis de cofradías. La en contré en la cercana Iglesia de la Magdalena, donde los titulares de la Quinta Angustia estaban en besamano y besapiés. Allí, aparte del más rancio de los ambientes cofrades y de la Bofetá a sevillaní de los naranjos de la calle Gravina y de la propia Magdalena, me encontré a Cristo y a su Madre, tal y como me los había encontrado horas antes en otras circunstancias de la vida, porque estamos rodeados de cristos sufrientes y de madres doliente, mucho más cerca de lo que pensamos. Salí de allí con la certezade que ésta sería una gran Semana Santa y que éste era el espíritu que tení que mantener. Mañana Viernes de Dolores... que el tiempo se detenga.

Moravia dijo...

Y a la espera nos encontramos, a la espera de la Semana Santa de 2010. Todo acaba? No, todo empieza.
Comencemos a disfrutar de la Semana Santa que se avecina. Sólo quedan 348 días para el Domingo de Ramos, 28 de Marzo de 2010, y mientras tanto recordemos intensamente todo lo que hemos vivido, todo lo que hemos llorado, todo lo que hemos gozado... Contemos nuestra Semana Santa, comentemos, recemos, y sobre todo vivamos intensamente la Pascua de la Resurrección, motivo por el que estamos aquí y pilar fundamental de todo lo que celebramos. Animo, comencemos, comentemos lo que hemos vivido, compartamos juntos la añoranza, la nostalgia y la alegría de la Resurrección, porque así de ambigua es la vida de un Cristiano Cofrade. Feliz Pascua de Resurrección a todos. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Feliz Pascua tertulianos...parece incrible cuando nos haciamos la ropa en la tarde del Domingo de Ramos...y ahora, nos encontramos en la Octava de Pascua:el tiempo nos vence pero Cristo lo vence al mismo tiempo.

Ya huele,aunque sea desde Málaga

Moravia dijo...

Como se nota que has sido pregonero antes que fraile, que palabras!!! Este es el tiempo del encuentro con el Dios Vivo y Verdadero, el tiempo más importante de la vida del cristiano, mucho más que el que vivimos hace una semana. Pero es dificil abstraerse de la melancolía de la Gloria sentida.